PRESENTACIÓN EN BARCELONA DEL LIBRO «CUADERNO DE TRABAJOS»

“CUADERNO DE TRABAJOS del Rito Escocés Rectificado”

Libro escrito por el actual Gran Canciller del GRAN PRIORATO DE HISPANIA Ramon Martí Blanco, que el mismo nos presentó en Barcelona, el pasado 23 de diciembre del 2016, dos días antes del comienzo de las festividades navideñas.

 

El acto se llevó a cabo en la sala Abat Safont del antiguo monasterio benedictino de Sant Pau del Camp, una pequeña joya de la arquitectura románica todavía en pie en pleno siglo XXI.

 

Facilitamos a continuación el texto de la presentación del libro facilitado por el propio autor. También se puede acceder a un video de la presentación cuyo enlace está más adelante. Recordamos para aquellos interesados en la adquisición del libro que solo se puede encontrar en internet, en MASONICA.ES:

http://www.masonica.es/libro/cuaderno-de-trabajos/

 

TEXTO DE LA CHARLA/PRESENTACIÓN DEL LIBRO

 

CUADERNO DE TRABAJOS” es una recopilación de textos –textos a los cuales los masones llamamos entre nosotros “planchas” al estilo de libros similares existentes en otros sistemas masónicos como pueden ser el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, dedicados a la formación de Aprendices, Compañeros y Maestros, en los que se estudia la visión de la distinta simbología masónica desde la perspectiva de ese rito en particular, pero en nuestro caso –lógicamente-, visto desde la óptica que nos es propia a la clase simbólica del Rito Escocés Rectificado.

 

Dicho así, podría parecer que este libro solamente interesa a los masones practicantes del Rito Escocés Rectificado.

 

Nada más alejado de la verdad. Está claro que tampoco se trata de una novela dirigida a todos los públicos, niños y grandes, con la sola finalidad de entretener. Este libro ha sido hecho para hacer pensar; para hacer reflexionar. Así pues trataremos de definir su público objetivo.

 

Este libro resulta interesante para tres tipos de público:

 

Evidentemente y en particular, para los masones del Rito Escocés Rectificado, siendo la primera obra que se publica en lengua castellana. Hasta ahora no había nada de estas características publicado en castellano y quien quería alguna cosa similar dedicada a la formación masónica de este rito en particular lo tenía que buscar en francés. Esta es –y queda mal que yo lo diga- una aportación de capital importancia.

 

Pero no solamente interesa a los masones de nuestro rito, sino que también a los masones en general de otros ritos preocupados por la tradición masónica.

 

Finalmente, también resulta apropiado para el público en general a quien permitirá descubrir una manera de entender y vivir la masonería que no se corresponde con el estereotipo o cliché vigente en nuestra sociedad y nuestro mundo.

 

Hablemos del primer grupo: los masones del Rito Escocés Rectificado.

 

Cuando yo me inicié en la Gran Logia de España a comienzos del año 1984, el Rito Escocés Rectificado no lo conocía nadie, y era un rito extraño y desconocido para la masonería española que llegó de la mano de los Hermanos de la Gran Logia Nacional Francesa, resultando una auténtica rareza que los masones de aquí veían como una variante del rito Escocés Antiguo y Aceptado, quizá por aquello de que compartía el término de “escocés”.

 

La primera noticia escrita que se tiene de nuestro Rito es una presentación que yo mismo hice corriendo el año 1998 y que publicó la Logia de Estudios e Investigaciones de la Gran Logia de España, pero que tan solo era una presentación y no tenía intención ni vocación formativa.

 

La situación de la Masonería Rectificada u del Rito Escocés Rectificado ha cambiado mucho desde que yo entré hace ya más de treinta y dos años. De haber solo una Obediencia que practicara este rito, se ha pasado a cuatro, al menos que se sepa oficialmente.

 

Una puntualización antes de continuar. El Rito Escocés Rectificado es una parte de un todo que compone un sistema masónico y caballeresco denominado Régimen Escocés Rectificado, estructurado en dos Clases:

 

La Clase Simbólica compuesta de cuatro grados (a la que básicamente está dedicada este libro),

La Orden Interior, compuesta de dos niveles: Escudero Novicio y Caballero Bienhechor de la Ciudad Santa.

 

 

El conjunto compone y estructura este Régimen Escocés Rectificado que tiene dos particularidades que lo distinguen del resto de sistemas masónicos, y estas particularidades son:

A) que tiene una doctrina propia, doctrina que está basada en la tradición cristiana

B) y que esta doctrina es dada gradualmente, de grado en grado y de nivel en nivel, a través de diversos discursos e instrucciones, mediante los cuales en cada grado o nivel se explica el significado y las enseñanzas que se pueden extraer del grado o nivel anterior.

 

Esta particular manera de dar y enseñar la doctrina Rectificada hace que todo ello sólo tenga sentido cuando la estructura compuesta de las dos Clases mencionadas, está en constante comunicación y el flujo de esta instrucción puede circular de arriba abajo, tal cual prevén nuestros Códigos fundacionales –datados de 1782, es decir, del siglo XVIII- en que está basado el Régimen Escocés Rectificado. Cuando la estructura no es respetada y la Orden Rectificada se divide con el fin de adaptarla al sistema inglés, que solo considera como simbólicos los tres primeros grados, todo se va al garete y la función iniciática para la que el Régimen había sido previsto deja de funcionar.

 

Esto es lo que pasaba (y continúa pasando) en la Gran Logia de España, que por seguir el sistema inglés tiene dividida la estructura de la Orden Rectificada. Pasé diecinueve años de mi vida masónica, tratando de arreglar o encontrar una fórmula para este problema, sin conseguirlo; hasta que al final hastiado y rendido ante la evidencia, decidimos marchar en el año 2003.

 

Es por esta razón que en la compilación de trabajos distingo la primera etapa de la Gran Logia de España, de la segunda a la que denomino: “el Régimen Escocés Rectificado en plenitud”, aunque conservo los trabajos efectuados en la primera etapa con el fin que puedan ser confrontados con los de la segunda y evaluar las diferencias.

 

Hecha esta puntualización, hablemos de la segunda y actual etapa. Cuando la Orden Rectificada pudo volver a funcionar de acuerdo a la estructura para la que fue concebida, libre de cualquier estrechez y atadura, se vio confrontada al cabo de no muchos años a sus propios demonios. Y estos demonios ¿cuáles eran –o cuáles son? Pues las heterodoxias gnósticas propias del cristianismo de los primeros tiempos, ampliamente superadas por los cuatro Concilios de la Iglesia y que sirvieron para fijar el cristianismo ecuménico actual en que concuerdan todas las Iglesias cristianas –tanto de Oriente como de Occidente- así como todas las otras corrientes eclesiales surgidas de la Reforma luterana.

 

De este problema y de esta visión heterodoxa de la tradición cristiana, se habla también en esta obra, cuando en el último Capítulo nos preguntamos: ¿cristianos o gnósticos?

 

Para resumirlo; los masones Rectificados que lean este libro encontrarán todo aquello que pueda interesar a su formación dentro de la Clase Simbólica de la Orden Rectificada, desde la más absoluta tranquilidad de que todo tema es abordado dentro de la más estricta concordancia, respeto y armonía con la tradición cristiana eclesial que constituye nuestro marco referencial. Con todo, y con el fin de evitar confusiones, quiero señalar que cuando hablamos del término “eclesial” nos estamos refiriendo a “ecclesia” en el sentido de la Iglesia en particular sea esta católica, ortodoxa, evangélica o reformada. Cuando hablamos de “eclesial” nos referimos a la comunidad cristiana de bautizados en Cristo, es decir a los creyentes en general.

 

Hablemos ahora del posible interés para masones otros que los masones Rectificados. Los masones no Rectificados encontrarán temas que les son muy familiares, como pueden ser:

la Tolerancia.

la trilogía: Libertad, Igualdad, Fraternidad,

o, Salud, Fuerza, Unión,

pero tratados desde la óptica de la Orden Rectificada, que es tanto como decir, desde la Tradición cristiana y a la luz del Evangelio. Muy probablemente les llegue a sorprender el hecho que masones cristianos puedan llegar a hacer suyas nociones aparentemente tan “republicanas”. A quien sorprenda ésta simbiosis es porque habrá olvidado que todo el mundo y civilización occidentales, están impregnadas de la tradición cristiana, siendo por otro lado toda la francmasonería –tanto en su etapa operativa como en la moderna actual especulativa- hija de la civilización occidental, y teniendo únicamente sentido dentro de ésta civilización por muy universalista que la masonería moderna quiera ser.

 

La masonería tradicional es una vía iniciática de mejora del individuo, contemplando este individuo de manera ontológica y atendiendo las necesidades de este mismo individuo, tanto materiales como espirituales, haciendo que, a la vez que trabaja sobre sí mismo, descubriendo las relaciones actuales existentes y estableciendo justas relaciones con los otros seres, con el Universo y con su Creador. La francmasonería no es la panacea universal ni tampoco como la aspirina que sirve para todos y casi para todo mal, sirviendo tanto para males de cabeza como para el dolor de muelas. La Francmasonería tradicional funciona dentro de unos parámetros y dentro de un marco referencial; fuera de este marco no tiene sentido.

 

Estemos atentos; la iniciación masónica ha de servir y sirve siempre y cuando se respete el marco referencial que mencionábamos y este marco es la tradición cristiana. Es por esta misma razón que se exige como condición sine qua non a todo aquel que quiera entrar en la Orden Rectificada que sea cristiano bautizado, por cuestión de pura coherencia ya que todas las enseñanzas que recibirá a lo largo de su formación tendrán como marco referencial la tradición cristiana.

 

Si no es así y dentro de estos parámetros, la iniciación que la Orden Rectificada propone no funciona. Hablando en términos informáticos, cada programa está pensando para funcionar en un entorno determinado; en un sistema operativo. Si queremos hacer funcionar un programa concebido para un entorno Windows en un entorno Mac, no funcionará y tampoco a la inversa.

 

Así pues y volviendo a hablar de masonería, si queremos que la masonería sea una vía iniciática que realmente funcione, que sea operativa, que nos haga crecer y nos conecte con aquello que si dice el “yo superior”, con esa parte nuestra no material, con esa parte espiritual, para no perderse hace falta un marco referencial que delimite nuestra búsqueda; y en el caso de la Orden Rectificada, ese marco referencial es la tradición (o religión, que al fin y al cabo quiere decir lo mismo) cristiana.

 

Si al Rito Escocés Rectificado le quitamos la tradición cristiana que lo construye y le da sentido, lo estamos desposeyendo de su esencia y lo estamos convirtiendo en un rito masónico más como cualquier otro, perdiendo con ello su función iniciadora y operatoria. La tradición cristiana es inherente al Rito Escocés Rectificado desde su primer grado hasta el último, y la pérdida de su función iniciadora –a que antes me refería-, se pierde igualmente si no se respeta su estructura que va de arriba abajo y de una sola pieza, sin ningún tipo de división.

 

Vayamos ahora a hablar de los no masones, que entre nosotros nombramos como “profanos”.

 

Ya he dicho al comienzo que este libro no es una novela para todos los públicos, pero tampoco hemos de olvidar que los masones, al fin y al cabo somos integrantes de una sociedad, y como miembros de ésta sociedad, estamos integrados en el mundo que nos rodea, y lo que vaya dirigido a ellos ha de poder ser entendido por los no masones, dotados de la sensibilidad necesaria.

 

Estoy pensando en textos del libro como los que hablan de la noción de soberanía y realeza, que podrían hacer pensar en que la Orden Rectificada tiene algún tipo de relación o afinidad con la monarquía. Nada de todo esto; para los masones Rectificados el soberano merece veneración, pero es preciso no olvidar, que dentro de la tradición cristiana, el soberano máximo es Dios, a quien los masones Rectificados nos referimos como Gran Arquitecto del Universo.

 

Antes de acabar esta presentación, quisiera mencionar un Capítulo del libro dedicado a mis antepasados, capítulo que pudiera parecer inconexo con el objeto y el resto del libro, pero que tiene que ver con el descubrimiento de una saga familiar que hace que nuestra condición de masones se remonte a finales del siglo XIX, quedando solamente interrumpida por la persecución franquista contra los masones que llevó a que dos tío-abuelos fueran perseguidos por el Tribunal franquista contra la Masonería y el Comunismo.

 

Esta saga nos viene por parte de madre, arrancando con el bisabuelo Ángel Blanco Fernández, de quien se sabía de su condición de eclesiástico, pero se ignoraba la de masón. Gracias a las investigaciones de una prima hermana mía, supimos de esta segunda condición [mi madre murió sin saber que su abuelo y dos tíos suyos habían sido masones] la cual continué investigando y pude lograr documentar, gracias también al profesor, catedrático de historia de la Universidad de Zaragoza, don José Antonio Ferrer Benimeli, el historiador y jesuita que más ha investigado la relación entre la iglesia y la masonería, teniendo documentadas en la historia logias enteras compuestas de monjes y presbíteros.

 

El bisabuelo Ángel Blanco se hizo ordenar sacerdote católico, y estuvo ejerciendo su ministerio en la parroquia de San Andrés del pueblo toledano de Villanueva de la Sagra, hasta que se enamoró, y se vio obligado a dejar la fe católica que como presbítero no le permitía el matrimonio, colgando los hábitos entre 1870 y 1871 para abrazar el protestantismo y así poder casarse con Josefa Berodia, la bisabuela. Con todo, no abandonó la fe cristiana y se hizo pastor protestante, llegando a ser considerado como fundador de una capilla evangélica todavía existente en San Fernando, en la provincia de Cadiz.

 

Su carácter rebelde y contestatario lo llevó a entrar en masonería, llegando a ser el Orador de su logia “Pirámides” de Cadiz y llegar al grado 18 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Dos de los 9 hijos que tuvo e hicieron también masones: Ángel y Samuel, siendo el primero también pastor evangélico como su padre.

 

Este descubrimiento ha hecho, al contemplar la foto de ese hombre de luengas barbas a quien lógicamente no llegué a conocer, a rencontrarme y ver que esta manía mía que me ha llevado a lo largo de más de treinta y dos años por el camino de la masonería, no era solamente una rareza y que quizá podía haber en todo ello algo de genético.

 

Está claro que mis antepasados no tuvieron que ver en nada con la Orden Rectificada porque ya he dicho antes que la misma, no llegó aquí hasta los años 1980, pero hay algo en la actitud y mirada de Ángel Blanco que quizá explique la tozudez, persistencia y un poco de rebeldía que ha hecho que uno de sus bisnietos esté aquí y ahora presentándoos este libro.

 

Es por esta razón que este capítulo es el primero de este libro y que lo dedico a su memoria y a la de nuestros antepasados francmasones de la familia Blanco.

 

Muchas gracias por su atención».

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