Historia del R.E.R.

El Régimen Escocés Rectificado

El R. E. R. es un rito masónico cuya principal característica es la de comportar una enseñanza iniciática explícitamente enunciada a lo largo del avance del impetrante. Esta enseñanza tiene por fundamento la doctrina cristiana tradicional, e incita al hombre –que es imagen de Dios- a querer reencontrar su semejanza original con su Creador, mediante un trabajo de estudio y reflexión sobre los símbolos, las máximas y los discursos.

LOS ORÍGENES HISTÓRICOS

Desde un punto de vista formal el Régimen Escocés Rectificado tiene dos orígenes históricos que evocamos un poco más adelante, y desde el punto de vista espiritual, tiene una única fuente de inspiración.

Por lo que respecta a la estructura y al simbolismo tanto masónico como caballeresco, los dos orígenes del Régimen son:

  • La masonería francesa de la época, con su proliferación de los grados más diversos (Willermoz los conocía todos y practicado muchos de ellos) y que depurada, estructuraría hacia 1786-1787 el Gran Oriente de Francia en un sistema que llevará más tarde el nombre de “Rito Francés”, con sus tres grados y cuatro órdenes; sin olvidar los diversos altos grados cuya combinación constituye lo que se conoce como “escocismo”.
  • La Estricta Observancia, dicha también “masonería rectificada” o “reformada de Dresde”, sistema alemán en que el aspecto caballeresco primaba absolutamente sobre el aspecto masónico, y que pretendía ser, no ya la heredera, sino además restaurar la antigua Orden del Temple de 1312.
Objetos del Rito Frances - Masoneria de estricta observancia

Abundado en estos dos orígenes, es preciso decir que ambos, son hijos de la histórica masonería escocesa estuardista, cuyos orígenes especulativos arrancan en el siglo XVII, y que tuvo que exiliarse a Francia a causa de la pugna por el trono de Inglaterra, llegando de la mano de Jacobo II en 1689 e implantando de algún modo la francmasonería en la Europa continental, como han venido a demostrar recientes estudios publicados, los cuales debemos agradecer al profesor de la Universidad de Aberdeen, David Stevenson y al historiador francés André Kervella.

Todo ello viene a demostrar que el apelativo “escocés” que luce nuestro sistema masónico y caballeresco no es en absoluto gratuito, sino simplemente definitorio del origen más tradicional de la francmasonería.