BUENA PASCUA 2017
Queridos Hermanos:
Desde esta Capellanía del Gran Priorato de Hispania queremos invitaros a vivir en espíritu y en verdad, la conmemoración de la Muerte y Resurrección de nuestro Divino Salvador. Este gran misterio de nuestra Santa Religión es el fundamento de la fe cristiana. La Palabra Eterna del Padre se hizo hombre para dar su vida en rescate por nuestros pecados y abrirnos a la esperanza de la vida eterna en la Jerusalén celeste. Celebramos pues la misericordia de Dios que entregó a su propio Hijo en rescate por todos nosotros para que pudiésemos volver algún día a la unión con Él, a semejanza del hijo pródigo de la parábola.
Los cristianos divididos en multitud de iglesias, confesiones y ritos, no celebramos de igual forma la Muerte y Resurrección de Cristo. Católicos, Ortodoxos, Anglicanos, Luteranos, Evangélicos, etc…, tenemos usos y costumbres diversas, incluso fechas diferentes para la memoria de éstos días santos, fruto de la historia y de la debilidad y pobreza humanas, siempre necesitada de conversión y de escuchar la clara voz del Evangelio que sigue resonando a lo largo de estos más de dos mil años, “para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí” (Jn 17, 22-23) , pero por encima de todo ello, la Orden Rectificada ha pretendido entre sus grandes fines el de reunir en sus templos a los cristianos sea cual sea su confesión o iglesia particular, mirando a aquello que nos une y alejándose de todo fanatismo religioso que pone siempre sus miras en las particularidades que nos separan. Hacemos votos solemnes de poder un día compartir el mismo pan y beber del mismo cáliz en la única mesa del Señor. Profesamos la Divina Religión de Cristo y no nos avergonzamos de ella, como nos enseña nuestra Regla Masónica que podemos encontrar en los Rituales, y damos gracias a la Providencia que nos ha hecho nacer entre los cristianos, siguiendo el Evangelio que es la base de nuestras obligaciones, reunidos en una creencia común en nuestro Divino Salvador, cuyo vínculo de amor nos debe unir estrechamente haciendo desaparecer todo prejuicio contrario a nuestra concordia fraternal.
Vivamos pues cada uno de nosotros según nuestras costumbres particulares la Muerte y Resurrección del Señor, pero unidos en Cristo que nos amó hasta el extremo dando su vida por nosotros, que intercede por nosotros ante el Padre, que nos dejó el mandamiento nuevo de amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado, que nos pidió que hiciésemos en memoria suya el compartir el pan y el vino de su Santa Cena, y que habiendo muerto en la cruz y depositado en el sepulcro, resucitó al tercer día abriéndonos a la luz de la esperanza de nuestra propia resurrección.
Queridos Hermanos: Os deseamos una feliz y santa Pascua en Cristo.