PARA LA MASONERÍA RECTIFICADA, NADA QUE CELEBRAR
El pasado 24 de junio, festividad de San Juan Bautista, la masonería internacional ha conmemorado el 300 aniversario de la creación de la Gran Logia de Londres.
La Orden Rectificada y el GRAN PRIORATO DE HISPANIA en particular quieren manifestar nuestra más sincera felicitación en la celebración de una efeméride que representaría un hito en la historia de la masonería moderna o especulativa. Sin embargo, de igual modo que nos felicitamos por la alegría general del mundo masónico, queremos poner de relieve que para nosotros, la Orden Rectificada, no tiene nada que celebrar al no quedar ni sentirnos representados por ese acto.
Con la creación de la Gran Logia de Londres el 24 de junio de 1717, embrión de lo que con el tiempo sería la Gran Logia Unida de Inglaterra, se ha querido marcar siempre el punto de partida de la masonería moderna, ignorando –e incluso ocultando- la existencia de una masonería escocesa anterior en el tiempo en algo más de cien años (Estatutos Schaw – 1598), con el fin de sepultar el litigio por el trono de Inglaterra entre la dinastía de los Hannover y los Estuardo.
Evidentemente que los orígenes de la masonería moderna o especulativa es un asunto exclusivamente británico, pero no necesariamente inglés ya que el Acta de unión entre Antiguos y Modernos no se produciría hasta 1813, y al menos durante todo el siglo XVIII, la supremacía y la referencia en el mundo masónico no lo daba Londres, sino la masonería escocesa estuardista.
Solo después que todas las partes implicadas en el equilibrio de fuerzas en juego en Europa, reconocieran la imposibilidad de volver a ver un rey católico en el trono de Inglaterra, la masonería escocesa entró claramente en declive (lo cual demuestra una vez más que masonería-política-religión, estaban íntimamente ligados por mucho que se haya dicho lo contrario) y se afianzó progresivamente la masonería originaria de Londres. Y a fe que supo hacerlo, puesto que han seguido su línea Obediencias masónicas absolutamente contrarias a sus postulados.
El Régimen Escocés Rectificado, la Masonería Rectificada y el GRAN PRIORATO DE HISPANIA no tiene nada que celebrar con motivo de esta efeméride porque es hijo (por vía del sistema masónico alemán ya desaparecido que se conocía como Estricta Observancia) de la masonería escocesa, si bien se desmarca de todo tipo de absolutismo.
De igual modo, las famosas Constituciones de Anderson, hechas para regular un modo de ver y entender la masonería a su medida, tampoco nos representan por razón que el Régimen Escocés Rectificado tiene unos Códigos fundacionales propios que rigen la Masonería Rectificada y que fueron aprobados por el Convento de Wilhelmsbad de 1782.
Pintura del balneario de Wilhelmsbad donde se celebró el Convento en el siglo XVIII
No obstante, la masonería y aquellas Obediencias que han seguido los dictámenes de Londres, se han apropiado de una parte de la Masonería Rectificada al precio de desnaturalizarla y hacerle renunciar a sus Códigos fundacionales, y en consecuencia a su estructura constitutiva que va de arriba abajo y da sentido a su metodología iniciática. Ello no es motivo de celebración ni cosa de la cual la Orden Rectificada ni el GRAN PRIORATO DE HISPANIA se pueda alegrar.
Así pues, por una parte nos felicitamos por la alegría de nuestros Hermanos, pero por otra, deploramos la marginación a la que se ve relegada la Masonería Rectificada por razón de su estructura en cuatro grados simbólicos –y no tres como mandan los cánones de la GLUI-, y por querer ser una masonería exclusivamente cristiana –que molesta la visión de “universalidad” andersoniana-, ambos factores diferenciales característicos de la masonería escocesa tradicional, marginación que atenta la más elemental y cacareada tolerancia masónica.
Por todo ello, nuestras más sinceras felicitaciones… y protestas!