CELEBRACIÓN DE LA SAN ANDRÉS 2016

El pasado sábado 26 de noviembre 2016 tuvo lugar en la Casa de la Orden y tal como estaba previsto la reunión del Directorio General de las Logias Escocesas Reunidas y Rectificadas del GRAN PRIORATO DE HISPANIA, con la presencia de diversas delegaciones nacionales y extranjeras con las que tenemos firmados Tratados de Amistad, destacando en particular la para nosotros tan querida presencia de la Delegación del Gran Priorato de las Galias.

 

gm

Reproducimos a continuación el discurso de nuestro Serenísimo Gran Maestro, que trató sobre

 

EL SENTIDO DE SER MASÓN AQUÍ Y AHORA

 

La masonería moderna nace cuestionándose su propia existencia, quizá como reflejo del propio hombre, que desde siempre se ha preguntado ¿quién soy?, ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy? que son las grandes cuestiones existenciales que desde todos los tiempos han agitado la humanidad.

Como todos sabemos, la masonería sufre una transformación al dejar su fase operativa en que la razón básica de su existencia era desarrollar el oficio de construir, para pasar paulatinamente –básicamente a partir del siglo XVI y hasta el XVIII- a lo que se conoce como fase especulativa, que es la realidad de la francmasonería actual que conocemos.

A lo largo de todo este proceso de transformación hasta llegar a nuestra realidad actual, intervienen diversas corrientes de pensamiento –como la que conocemos como humanismo- al igual que las consecuencias de la Revolución francesa, teniendo como resultado de las mismas un cambio en la manera de entenderse y explicarse del propio hombre, en el que queda desplazada la omnipresencia de Dios -que hasta entonces constituía su centralidad- por la del hombre. De acuerdo a este modo de ver y de pensar, el hombre trata de explicarse, y explicar a los demás y al mundo que le rodea, desde el propio hombre, haciendo que todo gire a su alrededor.

Desde el siglo XVIII vemos como los propios masones tratan de encontrar una utilidad práctica a la masonería que justifique su existencia y le dé una razón de ser. Desde entonces los masones y las distintas Obediencias que constituyen la francmasonería internacional tratan de darle un sentido. Así podemos ver como unas se han inclinado por poner el acento en la ayuda social hacia las clases desfavorecidas, mientras que otras ven en la Orden masónica un instrumento para el desarrollo del progreso y las libertades sociales.

La masonería Rectificada y el GRAN PRIORATO DE HISPANIA en particular no es ajeno a estas inquietudes. “El universo es la patria del Masón [dice nuestra Regla Masónica], y nada de lo que tenga que ver con el hombre, le es extraño”. No podemos permanecer ajenos a los problemas que aquejan al hombre. Pero nosotros pensamos, que antes de querer arreglar el mundo y a los demás, el hombre debe “arreglarse” primero a sí mismo. Reconstruirse como hombre y como ser humano para poder ayudar a cambiar a los demás, y en consecuencia tratar de cambiar el mundo.

“Conócete a ti mismo” estaba escrito en el frontispicio del templo de Apolo en Delfos; este lema ha sido la base de toda iniciación desde la antigua Grecia, y la iniciación masónica no es tampoco una excepción.

Para nosotros, que basamos nuestro quehacer iniciático en torno a la tradición cristiana, el auténtico sentido de la masonería especulativa aquí y ahora –como por otra parte lo fue y lo ha sido siempre desde el siglo XVIII-, ha de trascender forzosamente el contexto que nos rodea. Nuestra visión no puede contentarse con contemplar al hombre y la humanidad simplemente en su dimensión animal darwiniana, y reconocemos en él esa chispa divina que lo hace y reconoce como hijo de Dios.

Esa chispa divina, huella indeleble de su grandeza perdida, puede que esté sepultada por toneladas de escombros fruto de los descalabros sufridos y generados por el propio hombre, pero queda todavía espacio para la esperanza.

Sabemos que el dolor es muy grande, la desazón enorme y la desesperanza inmensa pero hay que continuar confiando en el hombre, porque es depositario de un parte de Dios.

Lo que conocemos como humanismo dice tener por objetivo y centro de su acción al propio hombre. Sin embargo, es interesante observar como el humanismo se desarrolla en paralelo a la descristianización, entendiendo esta descristianización como un rechazo a respirar todo aquello que tenga que ver con el espíritu; y es interesante observar también como este mismo humanismo se convierte en la puerta de entrada del ateísmo militante, que por su parte, pone término al hombre en tanto que imagen de Dios.

El hombre que contempla el Gran Priorato de Hispania y la tradición cristiana en general, es un hombre ontológico que trasciende su contexto y realidad actuales sujeto por las pasiones humanas para ir más allá, hacia una dimensión completa, cuando haya aprendido –o reaprendido- lo que realmente es más allá de su finitud. No es solamente el hombre en su dimensión corporal, sino también en tanto que cuerpo-alma y espíritu.

El teólogo Henri de Lubac subrayaba con discernimiento. “No es cierto que el hombre no pueda organizar la tierra sin Dios. Lo que sí es cierto, es que en definitiva, sin Dios, sólo puede organizarla en contra del hombre”.

El hombre sin fe, es como el reloj de sol sin sol, que no sirve para la función para la que ha sido creado. Sin sol, el reloj es incapaz de darnos las horas; el hombre, sin la fe que no anime, pierde su capacidad creadora. Por la fe, lo visible se convierte en epifanía de lo infinito y se deja ver a través de sus obras. De este modo, todo no es Dios; pero todo está en Él.

Rechazar la existencia de Dios -para nosotros los masones el Gran Arquitecto del Universo-, es también rechazar su cooperación en las obras humanas e impedirnos de igual modo cooperar en las suyas, privándonos de su misericordia que permanece en esa dialéctica humano-divina, en esa relación, en ese flujo entre el hombre y Dios.

La masonería Rectificada del Gran Priorato de Hispania debe responder a todo este cuestionamiento humano, de la manera que puede y sabe hacerlo: mediante la metodología iniciática que propone a cada hombre que quiere acercarse a ella, enseñándole a redescubrir en sí mismo lo que la mayoría buscan fuera de ellos, en una loca huida hacia adelante.

En esta loca carrera el hombre busca en otras tradiciones que le son extrañas, lo que tiene en su propia tradición, negándose una vez más a sí mismo e impidiéndose toda reconciliación. De este modo, en este afán de buscarse no hace más que perderse.

Cuando vendamos los ojos a nuestros neófitos es para enseñarles que deben aprender a confiar en la Orden, que como expresión de la Autoridad que está por encima de ella, es tanto como decirles que deben aprender a confiar en Dios, y en esa confianza, recuperar la fe en sí mismos.

Sabemos que los destrozos son muchos y la debacle enorme, pero todavía quedo sitio para la esperanza, y es por ello que a imagen de los antiguos constructores del Templo de Salomón, les invitamos reconstruirse. A recoger esos pedazos del hombre, caídos como juguete roto, y como piedras tallarlas y pulirlas para construir todos juntos ese Templo que los masones levantamos a la Virtud, haciéndose también virtuosos.

Todo cuanto necesitamos está en nosotros mismos si somos capaces de verlo. Es posible que la oscuridad sea mucha y tenebrosa y no nos permita ver lo que deberíamos percibir de manera manifiesta. No hemos de olvidar que el hombre es un ser caído, pero que puede ser capaz de levantarse si sabe emplear los medios que le son necesarios.

Y uno de esos medios con los que ayudarse en esa tarea es la iniciación masónica. La Orden Rectificada. Herramienta imprescindible para aquellos que quieren y saben valerse de ella.

Lo repito una vez más: queda sitio para la esperanza, pero hay que querer ir a buscarla. Hay respuestas a las grandes cuestiones de la humanidad.

De igual modo, el sentido de ser masón hoy en día, para nosotros y para el Gran Priorato de Hispania, es transformar ese errar del hombre por el mundo en camino de vida y de resurrección, pasar del humanismo a la auténtica dimensión del hombre, convirtiéndolo en la construcción de Dios.

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